UNA GRAN EXPERIENCIA.
- Por: Diego Betancourt
- 3 jul 2015
- 1 Min. de lectura
El día domingo 7 de junio, desde muy temprano iniciamos una experiencia que nos sumergió en “un nuevo mundo” que durante una semana nos enseñó muchísimas cosas, nos proporcionó amor y nos brindo alegría, tanto a nosotros siendo voluntarios, como a los niños y entrenadores que hicieron parte activa de la olimpiada.
Los estudiantes de once teníamos autonomía de escoger un comité que nos pareciera que en el estaríamos más que a gusto; en pasadas reuniones ya todos los términos de logística del evento habían sido tratados y planificados según cada comité; así que al estar en compensar (Lugar donde se realizó la olimpiada) ya cada uno de nosotros sabía muy bien lo que debía hacer. Durante esos días nos esforzamos y dimos lo mejor de nosotros para que todo lo que ya había sido planificado se cumpliera a cabalidad.
Día tras día, se iba acumulando el cansancio, puesto que todos los comités bebían trabajar al 101%, pero creo que al final todo esto valió la pena, todo el esfuerzo fue bien recompensado con la alegría que todos los niños y jóvenes emanaban por doquier; y la sensación del deber cumplido.
Sólo queda pensar en ésta experiencia como un aprendizaje y una enseñanza para nuestras vidas, y pensar en que dentro de dos años, cuando se vuelvan a realizar las olimpiadas, poder volver a participar y a vivir esto que todos nuestros compañeros de once sentimos en estos momentos, un sentimiento de regocijo y de alegría en nuestras vidas, y también con nuestra promoción 2015.

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